¿Qué tan madurita? part 2: Decisión

Tengo 18 años. Puedo votar. Puedo compra bebidas alcohólicas si quisiera. Puedo adquirir una vivienda a mi nombre. Puedo ir a la carcel...
Voy creciendo y cada ves hay más puertas que se abren. Los caminos a seguir van aumentando. Llego el momento de saber qué es lo que sigue para mi. Y a diferencia de antes, eso ahora lo decido YO!
Sí puedo hacerlo... ¿verdad?


Decisión

La madurez no se trata solo de comportarme de manera adecuada en el lugar adecuado. La madurez es también la responsabilidad y el compromiso al tomar una decisión.

Todos los días tomamos decisiones, desde que nos levantamos y decidimos qué ponernos para ir a la universidad, hasta en la noche que decidimos si acostarnos temprano o tarde dependiendo de lo que queramos hacer. No paramos de tomar decisiones y lo venimos haciendo desde muy temprana edad. Como cuando decidimos pedirle a papá el carro de la Barbie para navidad cuando estábamos en primaria. Muy diferente de cuando tomamos la decisión de qué carrera quiero seguir al finalizar la etapa escolar.

A lo que pretendo llegar es a que las decisiones que tomamos van cambiando de relevancia según vamos creciendo y es por eso que una debe estar en la posición correcta como para tomar esa decisión y ser responsable y comprometida con las consecuencias que esta trae consigo, ya sean buenas o malas.

Pero... ¿qué pasa si no puedo llegar a una decisión?. Hay algo que me hace dudar. Consulto con amigas o con mis amigos y no llego a nada. ¿Eso me hace una persona inmadura?... NO

Nosotras por naturaleza HABLAMOS. Casi siempre necesitamos la opinión de nuestras amigas antes de tomar una decisión, ya sea esta la decisión más banal o u
na de las más determinantes de nuestra vida.
Esta actitud, muy característica de nosotras, lamentablemente no es muy beneficiosa si la decisión que tomamos es definitiva y carga con una mayor responsabilidad. En este caso lo mejor es reflexionar de manera independiente. Se más segura de ti misma. Esto te ayudará a tener mayor autonomía para decidir y más confianza en lo que finalmente decidas hacer.
Verás también que no te harás un mundo mientras estés decidiendo, ya que cuando hablas con muchos recibes opiniones distintas que solo te complicarán la vida y harán que el tomar tu decisión te tome más tiempo del debido.


Lo escencial para tomar decisiones con la madurez debida es CONFIAR en nosotras mismas, en nuestro juicio y coherencia.


No somos niñas. Podemos decidir por nuestra cuenta.




Finalmente claro, reponder la pregunta ¿qué tan madurita? no resultó ser mi objetivo. Lo que concidero importante es que nos pongamos a pensar un rato. Reflexionemos por un instante. A ver si voy por buen camino. Si creo en mi, en lo que soy y lo que quiero. Que al fin y al cabo es lo elemental para vivir bien.




Hablando de confiar en una misma...

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