¿Qué tan madurita? part 1: Identidad

Biológicamente, nuestro cuerpo cambia y se desarrolla según el tiempo y la variación en el funcionamiento de nuestro organismo. Esto, en NOSOTRAS claro, es más que notorio debido al crecimiento o extensión de diversas partes de nuestro cuerpo - senos, caderas, muslos, y más… - y por lo tanto, podemos manejar la situación de manera positiva o negativa según sea el caso. Esto todas lo sabemos tanto de memoria por formación escolar como por experiencia en carne propia. Por otro lado, pero siguiendo la misma ruta con respecto al crecimiento, está la MADUREZ. Término definido por muchos y cuestionado por más. Cuando hablo de “más” me refiero a nada menos que todos nosotros: hombres o mujeres, chicos o chicas. Quién no ha tenido algún desacuerdo con sus padres o superiores que culminaba en la exigencia del desarrollo de esta famosa madurez en nuestra manera de actuar o pensar. Es de esta manera que comenzamos a preguntarnos ¿Cómo llegar a esta dichosa madurez? ¿Cuánto tengo que lograr? ¿Cuánto tengo que saber? ¿Cómo comportarme? ¿Qué hacer? ¿Qué no hacer?... Y de repente ¿Quiero madurar?

Al darle un gran vistazo al tema, por cuenta propia, considero importante resaltar dos caminos distintos pero que se complementan y son igualmente esenciales dentro de nuestro desarrollo como personas, en otras palabras, madurar.

La Identidad

O también conocida como personalidad. Esta se forja de manera moldeable según nuestras ideas, gustos y características junto con el contexto en el que nos encontramos el cual cambia según el tiempo o las personas que nos rodean, y claramente se manifiesta a través de nuestra conducta diaria. Nuestra identidad es indispensable para la madurez ya que esta nos define frente a los demás. Y es la sociedad quien nos da el derecho de una voz propia e independencia al tomar decisiones.

Pero enfoquémonos más en la formación de esta identidad. Nuestra generación está cargada de una infinidad de influencias acerca de cómo debemos pensar, actuar, vestir, hablar, comer, etc. Ahí es donde entra a tallar nuestro carácter, que tan vulnerables somos, de qué manera la presión social afecta manera de ser.


Para encontrar y establecer nuestra personalidad tenemos primero que conocernos a nosotras mismas, saber qué es lo que queremos. Cuando una no sabe lo que realmente quiere se vuelve vulnerable y pierde la seguridad en sí misma lo cual la convierte en una persona inestable. Por otro lado, una debe saber cuales son sus capacidades, cualidades y valores del mismo modo que debe tener en cuenta sus deficiencias, debilidades y tendencias de acción que les son características. Esto forjara nuestra seguridad y nos ayudara a confiar y a aceptarnos como somos. De esta manera no olvidamos que los más importante parete de nosotras. Antes de tomas cualquier decisión, primero estamos nosotras.


Sea cual sea la situación, siempre se tu misma. Muéstrale al mundo lo que eres, lo que quieres y lo que anhelas… y sobre todo aceptarte y quererte a ti misma… sin roches.


Al dar este paso fundamental ya hemos entrado a este gran proceso que es la madurez.

y ahora...¿qué sigue?

fuente:

www.nicaraguita.org/Documentos/Personalidad.pdf


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